Hace carrera entre los psicólogos clínicos la demanda por tratamientos en caso de lo que se denomina ciberadicción, esa manía de estar conectado de manera constante y vivir la realidad a través de un mundo paralelo, 2.0 o 3.0, dejando de lado las relaciones de carne y hueso.
Internet es una herramienta maravillosa, de innegable utilidad en la vida moderna y gestor de procesos que hace pocos lustros ni siquiera se soñaban. En ese sentido, la red llegó para convertir a los humanos en puntos nodales de complejos actos comunicativos que, de por sí, nada tienen de cuestionables. Pero el uso desmedido y sin protección, sin autocuidado, por parte de los usuarios, ha llevado a que muchas víctimas de la ingenuidad sean protagonistas de hechos lamentables en los noticieros de cada día.
Las redes sociales, tan necesarias para los jóvenes de hoy, son un espacio de interacción y de reconocimiento en el otro. Hacia allá apuntan, pero no faltan los inescrupulosos que se aprovechan del anonimato para cometer toda clase de actos inmorales o ilegales: desde simples estafas hasta crímenes como el homicidio y la violación.
Ser una persona desconfiada se convirtió en un nuevo valor, al momento de encarar las relaciones 2.0. ¿Por qué? Allí no todo lo que brilla es oro, ni todo lo que aparenta ser, en realidad es. El fingimiento y la impostura, movidas por razones diversas, parecen ser el orden del día entre quienes navegan a diario. Desde aquel que cambia de imagen en su avatar, para ocultar defectos físicos, hasta aquellos que prometen lo que no pueden con el fin de engañar a sus incautas víctimas.
Prudencia, verificación y recelo, parecen ser las consignas a las que deben echar mano los niños y adolescentes para que su navegación por la red no termine con el naufragio de sus sueños o la anulación de las esperanzas.
Muy cierto, no solo hay que tener cuidado con las consecuencias que el internet esta teniendo en sentido periodístico, sino que es un arma muy poderosa para los que quieren sacar provecho de está y ya se a visto reflejado en los acontecimientos pasados.
ResponderEliminarPienso que debemos ser realistas e inteligentes a la hora de darle uso al internet, no hay que pasarnos a nosotros para ganar experiencia, hay una forma y es aprendiendo de los errores de los demás, es la mejor manera de no caer en ese mundo que nos esta invadiendo.
De acuerdo con Allison, Internet está en furor, y es increíble que niños de corta edad estén manejando mejor Internet que las relaciones con sus propios padres. Debemos ser cuidadosos, solo que a veces pueden más las ganas de chisme y de conocer personas, que la seguridad.
ResponderEliminarEs que, en realidad, yo estoy aterrada. Mi hermano de 9 años prefiere pasar tiempo jugando on line, que pasar tiempo con mi papá, jugar con él cuando lo ve solo en la noche.
Internet es bueno, pero me parece que llegamos al punto en que ya no podemos hacer nada sin él.